Cómo rendir mejor en los exámenes escritos: Consejos prácticos para mejorar tus notas

Si quieres obtener buenas notas, es fundamental que logres que el profesor que evaluará tu examen tenga una buena primera impresión. Esto significa que, a simple vista, tu examen debe lucir muy bien, además de incluir información apropiada. Un examen de calidad cumple con estas tres características: limpieza y organización, escritura correcta y rigor. Aunque un examen con una “mala apariencia” puede contener buen contenido, es mejor ofrecer diez ideas claras y legibles que cuarenta confusas, ilegibles y equivocadas.

Consejos para una escritura clara y legible

Escribe de manera clara. Aunque tu caligrafía no sea perfecta, seguro que puedes hacer que sea legible. No tiene sentido que sepas mucho sobre el tema si solo se pueden entender un par de párrafos de todo lo que has escrito. Reflexiona antes de escribir. Así evitarás errores y correcciones innecesarias, además de que organizarás mejor lo que quieres expresar.

Cómo corregir errores sin perder puntos

Tacha de manera adecuada. A menudo es necesario borrar un error, pero no debes insistir en tus fallos hasta dañar la hoja, simplemente traza una línea sobre el error y no se tomará en cuenta durante la revisión.

La importancia de un buen formato en tu examen

Deja espacios. Entre las líneas, entre párrafos y en los bordes de la hoja. Esto hará que se vea más ordenado y, aunque no lo creas, tus contestaciones aparentarán más extensas. Por último, si se te ha olvidado algo revisando tu examen podrás incluirlo empleando alguno de ellos.

Organiza tu respuesta para mayor claridad

Para que un examen sea claro: Enumera las preguntas. No es necesario incluir el enunciado de cada pregunta que respondas, pero es esencial que indiques qué estás contestando. Esto también ayudará a señalar el inicio y el final de tu respuesta. Considera el orden lógico de tu respuesta. Por eso, es crucial que pienses antes de comenzar a escribir. Si la respuesta es bastante extensa, haz un borrador en una hoja para no olvidar nada. Resalta lo más importante. Subraya, rodea o enmarca ideas, fórmulas, resultados o elementos clave para destacar su importancia. Usa una buena redacción. Exprésate correctamente, forma bien las oraciones y utiliza la puntuación adecuada (coloca puntos y comas en los lugares correctos y evita las frases demasiado largas).

La importancia del contenido correcto

A su vez, es crucial que el contenido sea el adecuado. En los exámenes, es fundamental prestar atención a la estética y la forma de expresarse, pero lo que realmente deben hacer es centrarse en responder las preguntas que se les plantean.

Evita errores comunes al contestar las preguntas

No asumas nada de manera automática. Aunque los profesores sabemos la respuesta correcta a lo que se pregunta, es esencial que expreses tus afirmaciones de manera clara. Evita términos confusos. Reitero que es preferible que presentes diez afirmaciones correctas en lugar de cuarenta que no tengan sentido. Asegúrate de ser coherente en tus explicaciones. A veces, en un párrafo dices una cosa y en el siguiente te contradices. Para evitar esto, es crucial que tengas los conceptos bien definidos. Detalla los pasos que sigas en problemas de cálculos numéricos. Regresa al inicio, no des nada por hecho. Así, si cometes un error en alguna operación, el profesor podrá identificar dónde te has equivocado y podrá otorgar puntos por el planteamiento correcto. Resalta de manera clara las soluciones o las ideas principales. Evita cometer grandes errores. Es mejor dejar de lado algo que no conoces con certeza que arriesgarte a inventarlo y echar a perder todo lo que has logrado previamente.

La preparación es clave

La preparación es clave. Para llegar bien a la prueba, es fundamental haber mantenido un horario organizado en los días o semanas anteriores, dedicando tiempo a descansar, salir al aire libre y hacer ejercicio. Aprender está asociado con hábitos saludables como comer bien, descansar y dormir ocho horas; hay investigaciones que relacionan estos factores con mejores desempeños. Nuestro cerebro nunca se apaga, ya que, incluso mientras dormimos, sigue procesando y organizando lo que hemos estudiado. Por lo tanto, es preferible estudiar menos horas, pero que sean de calidad, y asegurarse de descansar lo suficiente y sin distracciones.

Confianza y gestión del tiempo durante el examen

La confianza y la motivación son esenciales en los momentos previos. La ansiedad y las emociones pueden impedirnos actuar y hacer que no comprendamos bien las preguntas.

Gestiona el tiempo y el papel. A menudo, los estudiantes tienen mucho conocimiento, pero cuando llega el momento de entregar, se han detenido demasiado en las primeras preguntas y no han respondido muchas otras. O incluso se pueden quedar sin hojas en exámenes donde deben usar solo las que les dan al principio. Es importante dedicar unos minutos al comienzo del examen para organizarse: distribuir el tiempo y el espacio que se tiene y dejar un rato para revisar al final. Aunque parezca que es una pérdida de tiempo, en realidad no lo es. Al contrario, nos va a ser de gran ayuda y evitará que se queden sin responder cosas que sabemos.